Cuando comenzamos la DLG, el cuerpo se empieza a adaptar a los nuevos alimentos; lleva un tiempo y luego cualquier ingesta que no sea libre de trigo, avena, centeno o cebada, puede generar consecuencias en el cuerpo.
Así como todas las personas somos diferentes, todas las personas celíacas también somos y tenemos reacciones distintas.
Algunas reacciones más comunes:
- Alergias en la piel, en formas varias.
- Diarreas.
- Vómitos y/o náuseas.
- Cansancio de golpe, ganas de acostarte.
- Cambio en la temperatura corporal.
- Dolor en las articulaciones.
- Inflamación intestinal.
- Herpes bucales.
- Dolores de cabeza.
- Nada aparente.
Los efectos visibles de la ingesta de gluten pueden presentarse en ese momento, al otro día o, tal vez, al mes. Pero, de alguna manera, siempre nos afecta. Podemos ser más o menos reactivos conscientes a los efectos del consumo; lo seguro es que el intestino se va dañando.
Recuerda que ante la duda sobre el origen de un producto, nunca lo consumas.